¿De noche en un cementerio? ¿Y no da miedo?
Pues no… Hay más gente y está todo iluminado y señalizado…
Esta es la conversación más repetida el mes pasado cuando comentaba a mis conocidos/amigos que iba a ir a una ruta nocturna guiada por el Cementiri de Montjuïc, de la mano de Cementiris de Barcelona.
Es una ruta muy demandada, y como solo la hacen una vez al año, es un poco complicado conseguir plazas. Lo que hice yo, fue suscribirme a su Facebook e Instagram y ponerme un aviso para cuando subieran un post, y en el momento que vi que ya estaban abiertas las inscripciones, dejé todo lo que estaba haciendo (literal) para inscribirme. ¿Exagerada? Puede, pero a las 2 horas no había plazas ya… Ofrecen turnos cada 15 minutos, des de las 19h hasta las 22h.
Anteriormente habíamos visitado en Cementriri del Poble Nou (el más antiguo de Barcelona, con el concepto de cementerio moderno que conocemos ahora) y el año pasado fuimos al Cementiri de Les Corts. Ambos son mucho más pequeños que el de Montjuïc, pero tienen verdaderas obras de arte realizadas por artistas de prestigio y renombre en la época. ¿Qué mejor que dejar a la vista de todos (y para la eternidad), tu potente fortuna al tener tu panteón familiar diseñado por aclamados artistas modernistas?
Las rutas nocturnas se caracterizan por las explicaciones teatralizadas y empiezan encendiendo las velas que dan a cada asistente, para iluminar el camino y ponerte más aún en situación. Cada grupo tiene su guía vestido para la ocasión.
Al poco de empezar, encontramos el primer personaje que nos introduce en la historia del cementerio:
Leandre Albareda, arquitecto diseñador del Cementiri de Montjuïc nos invitaba a dar una vuelta por su cementerio y nos mostraba el Panteón de una familia ilustre de la época como fueron los Malagrida (indianos que hicieron su fortuna en Argentina fabricando tabaco “Cigarrillos París”).
¿Sabíais que hay una pirámide dentro del cementerio de Montjuic? Pues ahora ya lo sabéis. Pertenece a una mujer, Pilar Soler.
Más adelante, el Dr Andreu nos daba la bienvenida a su “humilde” morada eterna. Él fue un médico farmacéutico barcelonés que se hizo famoso al inventar las conocidas pastillas del Dr Andreu. Fue muy amable y hasta nos invitó a tomar unos caramelitos para la tos…
Seguimos nuestra ruta y encontramos la tumba de Nicolau Juncosa, un importante empresario y político de finales del siglo XIX y principios del XX. Las esculturas son muy reales. Inquietantemente reales…
La ruta continuó y al ritmo de un violín tocado en directo, llegamos al “pequeño” panteón de la familia Amatller, dueños de Xocolates Amatller que hoy en día sigue en funcionamiento. Por pequeño, entendemos los más de 100 metros cuadrados del panteón. Es realmente espectacular. Si su palacio en el Paseo de Gracia barcelonés ya es una maravilla, su morada eterna no iba a ser menos, verdad?
Seguimos por este inquietante, aunque no menos espectacular camino iluminado…
Por el camino vemos obras de arte de unas dimensiones espectaculares, si hablamos de obras funerarias.
Para finalizar el recorrido, nos recibió la viuda de Josep Gener i Batet, un indiano que se enriqueció en Cuba fabricando tabaco, pero volvió a Cataluña una vez rico, para pasar la eternidad aquí.
La visita duró poco menos de una hora y se hizo muy amena. Es algo digno de ver y admirar las maravillas arquitectónicas que esconden los cementerios.
Y qué mejor para acompañarnos en nuestra ruta, que esta magnífica luna llena?
Si queréis más información y consultar cuando hacen visitas diurnas por los Cementiris de Barcelona, en su web encontraréis más información.
Y de verdad, de verdad, ¡¡¡que no da miedo!!!
“¿Miedo a la muerte? Uno debe temerle a la vida, no a la muerte.” (Marlene Dietrich)